Hay algunos detalles que pueden marcar la diferencia entre tener éxito o que sea un absoluto fracaso un programa de inseminación artificial a tiempo fijo en vacas de carne. Obtener una buena fertilidad es garante de que se va a repetir en un futuro. Mientras que si la primera vez no funciona puede ocurrir que pasen muchos años hasta que se vuelva a implantar.
En los años que llevo trabajando en el campo me he encontrado resultados de fertilidad a primera inseminación cercanos al 100 % y en otros casos por debajo del 10 %.
Voy a poner un ejemplo con una de las explotaciones con las que trabajo. Cuando empezaron con la ganadería compraron un lote de novillas y, con buen criterio, decidieron inseminarlas para conseguir terneros con el objetivo de venderlos para vida. El fracaso fue estrepitoso. Sólo 3 de las 30 novillas preñaron a la primera. Y el resto ya no se volvieron a reinseminar.
Han tenido que pasar varios años para que se animaran a probar de nuevo con la inseminación artificial. Y el resultado ha sido excepcional: 9 preñadas de 9 inseminaciones. Una de las vacas tuvo una reabsorción en el segundo mes de gestación con lo que actualmente tenemos 8 gestaciones en marcha. El ganadero ya ha encargado otras 10 dosis de semen y tenemos a 10 vacas listas para sincronizar.
Es obvio que el azar ha tenido algo que ver. Es muy difícil que repitamos los resultados obtenidos (tanto los malos como los buenos). Pero no podemos echar la culpa a la buena o mala suerte. Creo que el protocolo de sincronización tampoco ha sido determinante porque, aunque el que uso actualmente me está dando unos resultados excelentes, aquella vez que fue un fracaso teníamos a nuestra disposición estradiol actualmente prohibido en la UE, que hacía que las sincronizaciones fueran muy buenas.
Entonces, ¿qué ha hecho que lo que fue una decepción se convirtiera en un gran logro?: los cambios en el manejo.
Claves para que la inseminación artificial a tiempo fijo en vacas de carne sea un éxito.
Cuando instauramos un programa de inseminación artificial a tiempo fijo, además de lo que tiene que hacer el veterinario, el ganadero también tiene que cumplir su parte. Al menos en estos tres puntos:
– Buena condición corporal de las vacas/novillas:
Si estimamos la condición corporal en una escala de 1 a 5, las vacas listas para la inseminación tienen que estar por encima de 2,5. Lo ideal es entre 3 y 3,5. No es bueno que estén delgadas, pero también es muy perjudicial que estén excesivamente gordas.
– Flushing alimenticio:
Las vacas tienen que recibir un suplemento alimenticio el mes anterior y el posterior a la inseminación artificial a tiempo fijo. En el momento de la implantación del embrión tienen que estar en balance energético positivo. Como mínimo desde 3 semanas antes y hasta 3 después (el siguiente celo). Si la CC es correcta no es necesario una gran suplementación. Con 1-1,5 kg de pienso por vaca y día será suficiente.
– Gestión del estrés:
El estrés en el momento de la inseminación es muy perjudicial para obtener buenas fertilidades. Además si la vaca se mueve mucho mientras está siendo inseminada podemos arañar el útero con el inyector. La sangre actúa como espermicida impidiendo la fecundación.
Cumplir estos dos últimos puntos es fácil. Hay que echar de comer todos los días en los corrales previos a la manga y dejar ésta como única salida. Hay que tener en cuenta que la manga es un punto de mucho estrés para los animales. En ella reciben tratamientos inyectados que generan dolor, además del pavor que conlleva el sentirse encerrados. Hay que intentar que las vacas tengan el menor miedo posible a los corrales y a la manga. Y el mejor maestro para ello es el “saco de pienso”.
El primer día es posible que no todas las vacas entren. Pero en el plazo de un mes estarán acostumbradas a pasar por la manga en su rutina diaria. Y si de vez en cuando se cierra la puerta y se toca a algunos de los animales se conseguirá que poco a poco el miedo vaya disminuyendo. A pesar de todo esto, en el momento de la inseminación artificial a tiempo fijo, no es una mala idea que en la manga haya más de un animal. Si la vaca está pegada a otra, el estrés es mucho menor.
Objetivos de fertilidad:
Y con estas medidas, un buen protocolo de sincronización y una correcta inseminación artificial el objetivo de fertilidad a primera IA debería estar por encima del 60% en vacas y del 70% en novillas. En el año 2013 mis resultados actuales son 68 % en vacas y 74 % en novillas. Pero como la estadística es cruel también hay un ganadero al que tras contarle las ventajas de la sincronización frente a la IA a celo visto en ganado de carne, implantar todo el programa y sincronizar a las novillas sólo ha preñado un 33 % (una de las 3 que preparamos). Mañana tengo que inseminarle a una novilla que hoy estaba en celo. En esa granja se acabó la sincronización (de momento…).
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