Tras realizar varios estudios económicos a explotaciones de Madrid nos encontramos que hay unos cuantos parámetros de costes e ingresos sobre los que pueden actuar los ganaderos. Hoy vamos a analizar en profundidad uno de los costes más importantes y que no se suele tener en cuenta: la amortización del rebaño.

¿Qué es la amortización?

Se entiende por amortización la estimación contable de la pérdida de valor que experimenta un inmovilizado a lo largo de su vida útil. (Alonso Sebastián, 1991). Es decir, cuánto dinero nos tiene que dejar cada vaca para que cuando termine su vida útil tengamos el importe necesario para comprar una nueva novilla y su parte correspondiente del semental.
Nosotros lo calculamos de forma lineal, es decir, cada año hay una pérdida económica igual.
En nuestras explotaciones este coste (que no gasto, es decir, no es un desembolso económico directo) puede suponer entre un 20 y un 25 % de los costes totales de la explotación.

¿Cómo podemos calcular la amortización?

Primero tenemos que conocer:
– Mortalidad (MO): vacas muertas dividido entre el total
– Tasa de reposición (TR): cuantas vacas eliminamos y las sustituimos por novillas dividido entre el total de vacas.
– Precio de compra de las novillas (PN) preñadas de 3-4 meses, ya que las vacas se suelen eliminar al destete. Si las criamos nosotros también las valoramos a su precio estimado de compra. A no ser que sepamos el coste real (poco probable). Los costes reales de criarlas entrarían en otros apartados como alimentación, sanitarios, instalaciones… Y habría que valorarlas en ingresos como si nos las hubiéramos vendido a nosotros mismos.
– Sementales: número de sementales (NS), precio de compra (PS) y vida útil (VS).
– Valor medio de una vaca adulta (VV).

Con estos datos esta sería la fórmula:
(MO x VV) + (TR x PN) + (NS x PS) / (VS x nº vacas)

Hacemos una simulación: mortalidad de las vacas 2%, valor de una vaca de 900 € y el de una novilla de 1.300 €, tasa de reposición de 0,1, un semental de 2.000 € cada 25 vacas y con una vida útil de 8 años.

(0,02 x 900) + (0,1 x 1.300) + 2000 / (8 x 25)
Total: 158 € por vaca al año.
A esto habría que añadir el coste de oportunidad de tener todo ese dinero invertido en animales, es decir, cuánto nos daría el banco si lo ponemos a plazo fijo a un 2 % que supone otros 18 € por vaca (en este caso sería el 2% de 900 €).

¿Y qué podemos hacer para disminuirla?

– Eliminar animales no productivos: eliminar vacas que no estén preñadas o subfértiles, es decir, un desvieje esctricto; y eliminar sementales poco fértiles. Esto lo conseguimos con dos herramientas muy sencillas y que por desgracia son menos frecuentes de lo deseado: diagnóstico de gestación sistemáticos y periódicos; y valoración reproductora de los sementales.
– También consiguiendo un ratio adecuado de semental por vacas. En explotaciones muy pequeñas descubriremos que es más rentable recurrir a la inseminación artificial (con las otras ventajas que conlleva).

Como siempre, al analizar una explotación económicamente, nos encontramos que la capacidad reproductiva de nuestros animales va a ser fundamental tanto en los costes como en los ingresos.

En otras entradas os explicaré cómo calculamos los ingresos que nos produce el criar nuestras novillas en lugar de comprarlas. Y analizaremos más detenidamente los costes y beneficios de la inseminación artificial.

Y después de todo este artículo, reconozco que ya no calculo la amortización del rebaño en las granjas que asesoro. Actualmente lo computo como parte del «Activo no corriente». O en algunos casos como parte del «Patrimonio neto». Me facilita enormemente ver la situación real de la granja. Y creo que los ganaderos entienden mejor la evolución del valor de su rebaño con el tiempo.